Contumacia política

En la ciudad de Zaragoza existe desde tiempo atrás un grave problema ciudadano cuyo tratamiento está midiendo la ausencia de altura política y visión estratégica del Gobierno municipal. Se trata de la movilidad de alta capacidad del futuro.
Para resolverlo, el Partido Socialista, de la mano de Juan Alberto Belloch, en la pasada Corporación, asumió la filosofía del tranvía como exclusiva base conceptual, y, en concreto, la creación de una línea de tranvía norte sur que dividía en canal la ciudad, obligaba a sustituir las líneas de autobús que mejor funcionan, y cuya urgencia era debida fundamentalmente al empeño de su socio de gobierno, la Chunta Aragonesista.
Ante las elecciones municipales de 2007, ese proyecto, que suscitaba el rechazo de la mitad de las asociaciones profesionales, sindicales, ciudadanas y de los colegios profesionales, y contaba además con la oposición del Partido Popular y el Partido Aragonés, se llevó adelante contra viento y marea, confiando en los posibles réditos electorales que podría proporcionar.
Tras las elecciones, el socio de Gobierno más fervorosamente partidario, la Chunta Aragonesista, ha pasado a la oposición, y uno de los partidos de la oposición, el Partido Aragonés, completamente contrario al proyecto, ha pasado al Gobierno. Además, el Gobierno actual ha abandonado la filosofía de la exclusividad del tranvía como solución del futuro de la movilidad de la ciudad, asumiendo también la del metro y comprometiéndose a crear una red de este sistema.
Ante esta metamorfosis política y conceptual del Gobierno en materia de movilidad no tiene ningún sentido continuar con los planes que había cuando se daban otras condiciones políticas y estratégicas. En esta situación, perseverar en el mantenimiento del primitivo proyecto carece por completo de lógica y representa tan sólo la expresión de una contumacia que eleva la perseverancia en el error a la categoría de hoja de ruta en materia de movilidad, impidiendo no sólo la solución de los problemas del presente, sino también hipotecando seriamente su solución para el futuro.

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